El 2 de marzo
de 2002, todas las
agencias de prensa anuncian la noticia : La actriz americana
Anne Heche acaba de dar luz a su primer hijo, un niño han
llamado Homer Heche Laffoon. Los padres y el bebé de 3,1 kg,
nacido en un hospital de Los Ángeles, están bien.
Por supuesto, esta historia no tiene final. Va a
seguir desarrollándose ante nosotros. Anne durante muchos años,
va a seguir conmoviéndonos, fascinándonos y también sorprendernos
con su inmenso talento, su encanto y su
audacia.
Cada uno puede preguntarse sobre qué
pensar acerca de su cambio de comportamiento y de sus últimas
revelaciones. Si lo aceptamos sin reserva, Anne está liberada de
su responsabilidad por un comportamiento le lastimó el
desarrollo de su carrera. En caso contrario, es patético
constatar hasta qué punto la ironía de la historia recuperó
aquella
persona que tenia por principio de vida la honradez y la verdad.
Niña, Anne no había podido soportar las mentiras y las
hipocresías de su familia en torno a la vida y la muerte de su
padre. Queriendo aprender de los errores pasados, había decidido
jugar la carta de la transparencia, cuales fueran las
consecuencias, para ella, estas "revelaciones" aparecen entonces
como una escapatoria, o peor un fracaso personal. Pero es
seguramente, el precio que debe pagar con el fin de volverse a
poner en marcha, reanudar su ascensión, hasta el firmamento de
las estrellas. Porque Anne, hoy es nuestra, no puede ocultarse a
su destino y tiene el deber de asumir su estatus de ESTRELLA.
Happy freedom, Anne. You have made it to the other side